Un volcán es una estructura geológica por la cual emerge el magma (roca fundida) en forma de lava, ceniza volcánica y gases del interior del planeta. El ascenso ocurre generalmente en episodios de actividad violenta denominados erupciones, las cuales pueden variar en intensidad, duración y frecuencia, pudiendo tratarse desde de conductos de corrientes de lava hasta explosiones extremadamente destructivas. En algunas ocasiones adquieren una característica forma cónica que se forma por la presión del magma subterráneo así como de la acumulación de material de erupciones anteriores. Encima del volcán puede encontrarse su cráter o caldera.
Los volcanes se pueden encontrar en la Tierra así como en otros planetas y satélites, algunos de los cuales están formados de materiales que consideramos "fríos"; estos son los criovolcanes. Es decir, en ellos el hielo actúa como roca mientras la fría agua líquida interna actúa como el magma; esto ocurre -por ejemplo- en la fría luna de Júpiter llamada Europa.
Por lo general, los volcanes se forman en los límites de placas tectónicas, aunque existen llamados puntos calientes, los cuales no se atienen a los contactos entre placas. Un ejemplo clásico son las islas Hawái.
Los volcanes pueden tener muchas formas y despedir variados productos. Algunas formas comunes son las de estratovolcán, cono de escoria, caldera volcánica y volcán en escudo. Existen volcanes submarinos, así como otros que alcanzan alturas sobre los 6000 metros sobre el nivel del mar. Los volcanes submarinos son particularmente numerosos al ubicarse una gran cantidad de ellos a lo largo de las dorsales oceánicas.
Tipos de volcanes
La salida de productos gaseosos, líquidos y sólidos lanzados por las explosiones constituye los paroxismos o erupciones del volcán. Los volcanes se pueden clasificar de diferentes maneras. Con respecto a la frecuencia de su actividad eruptiva los volcanes pueden ser: activos, extintos o durmientes.